Paramento

Paramento es aquello que cubre y a la vez adorna una superficie. Es un elemento arquitectónico vertical y exterior, que divide lo público de lo privado y que no se refiere exactamente a las rejas de las ventanas, pero que para mi, desde mi oficio, metafóricamente es una palabra que se adecúa perfectamente a lo que yo quiero decir. Las rejas son un ornamento arquitectónico, el broche sobre el vestido de la casa y no sirve para nada. Un elemento absolutamente doméstico. Solo adorna. Y como el broche, adorna solo el exterior.

He reflexionado obsesivamente sobre este elemento desde el año 2008 y siempre estas rejas me ponen de frente una palabra que es para mí finalmente, la que refleja un estado constante en nuestro ser: fragilidad. Ese sentirnos siempre expuestos y en peligro. Esa necesidad que tenemos de rodearnos de algo que nos proteja; una reja, un candado, un seguro de vida, un perro, un sistema de seguridad, una frontera, un policía.

En el mundo no humano, algunas plantas crean sus propios mecanismos de defensa para que ningún ser vivo se acerque a ellas; las espinas de las rosas y los cactus, el veneno de la ortiga, las púas del erizo…. nosotros, que estamos ya lejos de la inocencia de los animales y la presencia absoluta y pura de una planta, creamos los nuestros a nuestra manera.

Todo esto al fin y al cabo se trata ni más ni menos que de una separación. De diferenciarnos los unos de los otros. De seguirnos aislando.

He rescatado los patrones de las rejas y comenzado a jugar con ellos tejiéndolos y fragmentándolos. Me ha sorprendido que aún fragmentando los patrones y haciendo composiciones con esos fragmentos, en nuestra mente seguimos viendo el patrón completo. Estamos tan acostumbrados a ver lo que no vemos. A pasar de largo o por encima de algo tan presente, a bloquear lo que no queremos ver y volverlo invisible.

Pero el arte que no solo es ornamental sino transformador, hace visible lo invisible.

Luz Lizarazo
Bogotá, Octubre 2018